Diario de viaje VII
19/01/07
Concepción. Cuánto anhelo, cuánta espera. Me invade un sustito ingenuo, la incertidumbre. EL ANSIA.
22/01/07
Estoy saliendo de Concepción. Llueve.
Estuve con Felipe. Pasamos tiempo juntos. Compartimos.
Ahora que me voy… ¿qué siento?
Una gran alegría, pero también un enorme pesar. La ausencia, ¡cómo pesa!
Creí que vernos sería el final de un capítulo, de una puerta inmensa, de un sentimiento al parecer absurdo, de algo imposible. Pero todo fue posible y se abrieron las puertas y las calles y las gaviotas volaron sobre Concepción.
Aca llueve. En mi corazón llueve, en mis ojos llueve, en mi mente llueve, en todo lo que amé, llueve.
Ahora todo parece más claro, pero no por eso es menos doloroso.
Antes dolía el ansia, ahora es la impotencia.
Jamás olvido, ni ahora, ni hoy, ni mañana. Lo sentido, las palabras, las miradas, las manos, los besos.
¿Cómo olvidar el amor? Aún estamos vivos. ¿Cómo olvidar que ahora nos sorprende lo inesperado de nuestro encuentro, de nuestros miedos? ¿Cómo olvidar que los rompimos? No podemos.
Sigue lloviendo y me voy, me llevo todas imágenes en mi memoria visual, en mi piel, me llevo su música, su verde intenso de ternura, los hechos.
Sigue lloviendo en Concepción.
Concepción. Cuánto anhelo, cuánta espera. Me invade un sustito ingenuo, la incertidumbre. EL ANSIA.
22/01/07
Estoy saliendo de Concepción. Llueve.
Estuve con Felipe. Pasamos tiempo juntos. Compartimos.
Ahora que me voy… ¿qué siento?
Una gran alegría, pero también un enorme pesar. La ausencia, ¡cómo pesa!
Creí que vernos sería el final de un capítulo, de una puerta inmensa, de un sentimiento al parecer absurdo, de algo imposible. Pero todo fue posible y se abrieron las puertas y las calles y las gaviotas volaron sobre Concepción.
Aca llueve. En mi corazón llueve, en mis ojos llueve, en mi mente llueve, en todo lo que amé, llueve.
Ahora todo parece más claro, pero no por eso es menos doloroso.
Antes dolía el ansia, ahora es la impotencia.
Jamás olvido, ni ahora, ni hoy, ni mañana. Lo sentido, las palabras, las miradas, las manos, los besos.
¿Cómo olvidar el amor? Aún estamos vivos. ¿Cómo olvidar que ahora nos sorprende lo inesperado de nuestro encuentro, de nuestros miedos? ¿Cómo olvidar que los rompimos? No podemos.
Sigue lloviendo y me voy, me llevo todas imágenes en mi memoria visual, en mi piel, me llevo su música, su verde intenso de ternura, los hechos.
Sigue lloviendo en Concepción.
4 comentarios:
llueve....pero llueve en mi al leerlo un beso marce. que lindo lo que has escrito...todotodotodo.
linda foto por el paisaje y pos los protagonistas, lindos también.
Besos
ainsssssssss
Tú sabes ninda...
seres de lluvia en una ciudad de lluvia.
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