viernes, enero 26, 2007

Diario de viaje VIII



24/01/07

Nos vamos de Chile.
Me voy de Chile.
Crece mi nostalgia. Es que dejo un pedazo de mí en este Inmenso Sur. En este lugar del alma.
Aquí quedan tantos rostros: Curiche, Migue, Alejandro, Pieldelobo, Kuthelia, Woody, Sergio, Jorge, Felipe… mi Felipe.
¡Cuánta añoranza! El ansia tal cual es, se revela ante mí y las cosas parecen venirse encima. Parecen atropellarme o tal vez despedirse. Ya no puedo no puedo soportar una despedida más, una ausencia más.

Vanesita y yo nos vamos, pero nuestro pecho queda vacío, nuestro corazón cómplice se queda.

Mil último adiós fue para Alejandro. Fuimos fuertes. Me consuela saberlo feliz, padre, novio enamorado, escritor. Pero mi despedida más dura, la más intensa quedó más allá, más al sur, en una ciudad pequeña que me despidió con la lluvia y el sabor dulcísimo de unos labios.

El avión está por despegar y este mundo nudoso dentro de mi vientre está subiendo hasta el pecho y seguirá hasta la garganta. Sé que no hay remedio. Me pregunto: “¿-Y si me hubiera quedado más? ¿-Y si hubiese viajado menos? ¿-Y si lo hubiera aprisionado más fuerte entre mis brazos? ¿-Y si la plata me alcanzara para estar siempre frente a la laguna?"

Meras especulaciones, inexistencias que me asaltan. Pero existieron el tacto, la amistad, la felicidad, los sentimientos…

Mi dolor hoy me duele más que nunca, pero es sublime, siento que estoy viva. Este país me enseñó el valor de la sinceridad, la pureza, del amor, el ansia materializada, la ausencia compartida, el néctar glorioso de una flor…y de otra…
En Chile fui feliz
¡Y volveré!

La Marce

1 comentario:

Leonardo Azul dijo...

nunca se fué.

y disculpe si me reí un poquito por eso del "volveréeeeee!" ... suena como cuando derrotan al malo en los monitos animados. y el miedo fué vencido. pero ese no volverá.