domingo, septiembre 23, 2007

Antología de sexo




Maximiliano… sólo me queda su nombre.

Teníamos una amiga en común, Yolanda.

Asumíamos mucho tiempo para conocernos y poco para amarnos; así que apresuramos el paso y nos casamos como dos locos fugitivos, como si nos hubiéramos robado algo, como dos niños inmaduros, como lo que éramos… dos ilusos jugando a un futuro juntos.

Pero nadie quita que nos amamos… con uñas, con dientes, rasguñamos el sofá de besos, quemamos el pastel de abrazos, remojamos las sábanas con nuestros ardientes sudores…

Fuimos uno cuando convenía, en la alcoba, en la sala, en la biblioteca que jamás tuvo un solo libro… sólo nuestros sueños de frustrados eruditos; y fuimos uno mientras jugábamos a escribir versos en nuestras espaldas…

Antología de sexo hicimos cuando sus plantas crecían y mis cactus se secaban, cuando le crecía la barriga y me invadían las estrías; ni qué decir de las madrugadas tibias en que saciábamos de cuerpo nuestras lenguas.

Y sí, así de corto fue nuestro tiempo, un derroche de todo y luego crecimos. Sintiendo que ya lo teníamos todo construido, se derrumbó nuestro techo… supimos que habíamos experimentado por completo nuestros locos anhelos del pasado y empezó el hastío: mis senos caídos y su cabeza sin pelos…

Me da nostalgia recordarlo, porque desde antes se fue muriendo lo que había, lo que sólo sujetaba la dulcísima y frágil línea de nuestro sexo…

Y luego la fatalidad. Su coche, donde en agónicas noches me hizo el amor, al fin detuvo la marcha que tratamos de recorrer en el mínimo de los tiempos.

Es una lástima que muriera esa noche, cuando detestamos lo que habíamos vivido y decidió marcharse y arrojarse con sus porquerías ocultas, entre ellas, la estúpida Yolanda.

7 comentarios:

Iseekyou dijo...

no se q decir, estoy impresionado... yolanda... guao... abrazos

Nigger dijo...

una forma interesante de recordar lo bueno con nostalgia sacando la frustración solo al final... como siempre es muy ameno leerte

vanmar dijo...

Suena en mi cabeza Jolene de Dolly Parton...

Argonauta dijo...

Hola Marcela.

Siempre anda la Dama de Negro por tus cuentos pero aún así siempre me gustan.

¡Saludos desde el Mediterráneo!

wílliam venegas segura dijo...

¡Se siente cuánto avanza la calidad literaria del texto! Seducir al lector: es lo clave cuando se escribe. El olor a hierro cambia al de Literatura.

Amorexia. dijo...

No puedo mas que sentirme pequeño ante la conceptualización de tus escritos, los desenlaces y las historias contadas en el consumo de un único cigarrillo...
Saludos amiga. Tu admirador literario.

Warren/Literófilo dijo...

Muy sexual tus letras, pudiste transmitirlo. Un besito