Clarita
Para mi amiga Nef
Yo sé que puedo parecerte loco, pero es verdad, ya compré las alianzas. Uno se pasa la vida creyendo que este momento nunca llegará, que el amor no acudirá al encuentro de nuestra existencia, pero bueno acá te estoy contando el cuento.
Pensás que estoy un poco aturdido, pero no hombre, sólo estoy enamorado. Esta mujer me tiene loco y yo sé que será mía, vas a ver cuando la sorprenda con estos anillos, me va a decir que sí porque a las mujeres les encanta eso. Sí, eso, que uno les ruegue, que uno sea detallista y esas otras estupideces que sólo ellas saben descifrar. Somos seres mucho más simples, eso lo sé, pero qué tiene de malo seguirles el juego, máxime si uno está interesadísimo en ella.
Mirá, a Clarita -no le gusta el diminutivo- la conocí gracias a esas máquinas. Puede sonarte absurdo, lo sé, pero bueno, esas cosas pasan y ¿cómo detenerlas?, decime vos, cómo.
No es necesario que te riás. Yo sé que nadie me va a comprender de un toque, pero apenas la veas me vas a dar la razón. No, no tengo fotos, lo que pasa es que ella es tímida y bueno, teme que yo la quiera solo por su belleza –porque estoy seguro que es bella-. Vos sabés, cosas de viejas. Y bueno, no le insisto para no presionarla; recordá que cuando se sienten acorraladas sacan las uñas y eso no me conviene.
¿Su trabajo?, ¡je!, pues creo que es artista, o algo así. Eso sí, inteligente hasta los huesos. Creo que estudió en alguna universidad del interior. Yo la admiro, porque es ingeniosa y culta.
Realmente ya no soporto estar más sin ella. Por eso debo convencerla. Sí, mi amigo, convencerla de que se venga a vivir conmigo. Es que ella es muy independiente y no quiere perder su… ¿cómo es que se dice? Ahh, sí, su autonomía. La verdad no sé para qué le sirve eso si conmigo puede tener mucho más. ¡Ja!, pero con estas alianzas ni lo va a pensar.
Hoy nos vamos a “encontrar” de nuevo y la citaré en un café. ¡Qué no hombre!, ¡nooo!, aún no nos hemos visto en persona, pero no ha sido necesario. Lo que sentimos el uno por el otro va más allá de lo físico, aunque claro, tenés toda la razón, necesito concretar este afecto con su presencia. Sé que ella también añora verme, pero como ya dije, es tímida y por su naturaleza femenina le es difícil deshacerse de sus inseguridades. Pobrecita, es una tontita, si yo ni me fijo en esas nimiedades físicas. Ella es hermosa porque así la veo.
A veces tenemos encuentros sexuales, es decir, en la medida de lo virtual. En esos momentos deseo meterme en su cama y ser su amante predilecto. Por eso no veo la hora de colocarle este anillo, pedirle que sea mi esposa y hacerla mía para siempre. Es que dejame decirte que me tiene desesperado. Me muero por poseer su aroma, desarmar su cuerpo entre mis brazos y expresarle al oído el deseo que me abunda.
-Y… ¿cuántos años tiene?
- Tiene... ehhh, mmmm, ¿¡qué más da!? Bueno mi amigo, me voy para el ciber.
6 comentarios:
Hola =)
Quizá te interese la respuesta que di a tu comentario en mi blog. =)
Feliz domingo.
Saluditos.
HOLA
LA VDD CUANDO PASA ESTO KREO KE SON ALMAS GEMELAS.
UN BESO
CIAO
P.D:GRACIAS POR VISITAR MI BLOG
lo impredecible de la existencia...
uf! el amor nos carcome el alma en cierta medida. Nos llama o a vivir o a suicidarnos, dependiendo de lo verdadero o inverosímil que éste sea. Pués aquí se observa vida.. Es verdad lo que plantea él; es importante conocernos el olor antes de concretar algo, pués bien, sus almas ya lo hicieron y se han fundido en un mismo aroma... Increíble no ? todo se funde en un solo carácter......
Mil besos hermosa Marcela!
y espero algún día verte por estos lados...
se me quedaba en el tintero agradecerte todo el cariño que me has entregado desde que entré en la Zonada....
Cuidate mucho maravillosa mujer!
Sólo una vez me pasó algo semejante. No al punto de una unión estable y de jurar "amar y respetar hasta que la muerte -o el divorcio- nos separe".
Ella era argentina y hablaba con ella casi todos los días durante mes o mes y medio. Se volvió una necesidad hasta que la Argentina se despedazó económicamente.
Mantuve su contacto en el ICQ -un programa parecido al messenger, pero que no pegó-, durante un año hasta que la borré.
Nunca más he sabido de ella.
Yo no creo en ese tipo de relaciones, no creo ni en las de carne y hueso...
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