martes, febrero 13, 2007

Te prefiero... payaso.


Hace poco recibí un sobre. Dentro del sobre había un libro. Y dentro del libro varios poemas y una dedicatoria hermosísima. El Payasito me invitó a leer sus letras y de paso me confesó una doble alegría...


Uno de sus poemas me encanta: “UNA MENTIRILLA DICHA AL PASAR”. La estructura no parece peculiar pero lo es: la casi ausencia de signos de puntuación, los inicios anafóricos con Te prefiero, que parecen revelarse sin que nos asalte la zozobra, como caminos repetidos por los cuales debe transitarse. Y luego esas palabras acentuadas como potros que atropellaban mi tímpano o mi olfato. O esa despreocupada forma de percibir el verso: unos largos como espadas, otros breves como dedos infantiles o inconscientes movimientos.


Su poesía se vuelve “tóxica” necesidad de amarla, tanto como al desprecio de uno/a mismo/a. Y empiezo también a preferirla…


Te prefiero lejana: insensible a mis palabras
para pensar que no te alcanzan estas líneas

en la convicción de estar a salvo
no sé de qué, pero a salvo

Te prefiero mentira y saber que eres mentira
para mentir y saber que me crees

Te prefiero palabra o antonomasia de vacío
para insensato encerrarte entre paréntesis
y hacerte mía

Te prefiero vapor tóxico, ántrax, lluvia ácida
más que aire o nube o agua


Te prefiero fría porque así mi mano no tiembla
y tengo la cabeza despejada para escribir
mis mejores poemas de amor.


Una mentira para creerse la historia de que todo es cierto. Este poema esconde el deseo de sentirse a salvo: de la lejanía, de la palabra que duele, de la verdad que asesina, de la frialdad de un cuerpo.


Y todo parece ser lo bueno cuando en realidad es todo lo contrario. Estar a salvo del veneno implica entregarse a él antes que la cuenta regresiva se venga encima y nos liquide por completo.


"Te prefiero lejana” como quien prefiere un astro.
“Te prefiero mentira” como quien prefiere convencerse a sí mismo.
“Te prefiero palabra” o “antonomasia de vacío” como quien prefiere el silencio más íntimo y hermoso.
Te prefiero vapor tóxico” como quien sabe que llorar es justo el camino para alcanzar la gloria.
“Te prefiero fría” como quien necesita estabilidad y cordura, quizá indiferencia.


La idílica posición amatoria se desvanece entre ántrax y paréntesis. Y la percepción angustiante, casi enfermiza del sentimiento amoroso, se vuelve necesidad en estos tiempos encarcelados en la cotidianidad, la simulación, la falta de pertenencia y la desesperanza.


Y sin duda coincido… para escribir poemas de amor hay que lanzarse al vacío con el corazón duro, como piedra.


La Marce.


Bibliografía.
López, Alejandro. Siempre expuesto al ridículo. 2006. Visceralia Ediciones. Chile.

1 comentario:

Alejandro dijo...

:o

Gracias!!... mil gracias!!!

Un beso.