domingo, marzo 11, 2007

El Omnipotente



En la cocina estaba su objetivo. Luego de su asombrosa visión sabía que debía hacerlo. Aquellas manos sujetas, aquellos gritos desesperados y la adrenalina que le corría por todo el cuerpo. Recordó la primera reunión y las enormes ansias con que se había iniciado. Pero hoy, por primera vez, había sido testigo ocular de aquella magna experiencia. Luego, la sensación de libertad y el enorme goce que le daba el poder que aún no era suyo.


Miró su reloj, las tres de la mañana. Todo en silencio y su respiración agitada, pensó que lo escucharían respirar, era un respiro agitado, casi se quedaba sin aliento…sin aliento como hacía no más unas cuantas horas había sentido que se asfixiaba presenciando la grotesca escena que casi lo lleva a una intensa excitación. La misma que ahora lo motivaba a sentir la sangre hervida y las pupilas dilatadas. ¡Era tan grande el deseo!....


Ya en la cocina, no sabía cómo se había atrevido entrar a la casa de su novia. “Yolanda”… el solo hecho de decir su nombre le despertaba la lujuria. “Nombre de puta” pensó. No soportaba su propia ansiedad y subió las escaleras. Aquellas en las que una noche, sin mayor preámbulo, le hizo el amor. Pero esta noche no lo haría, esta noche la redimiría como a una diosa. La sensación despertó en él el recuerdo de aquella otra mujer: su olor a sexo, a calor, a miedo. Se sintió impotente al verla así, sin poder alcanzarla, solo mirarla y ver que era poseída por otro. Recordó sus muñecas atrapadas y sus labios temblado, sus senos desvestidos, su vientre tembloroso. Quería sentirse un dios. Y así, la histeria colectiva, la sensación de locura, el deseo que crecía como un árbol con más raíces que frutos.


Por un momento se concentró en Yolanda. Buscó la habitación. Sabía que ella no cerraba la puerta. Entró y la vio. Parecía un ángel y como tal, debía cortarle las alas, adueñarse de si profundidad, de su esencia. Iba preparado. Quitó las sábanas que cubrían su cuerpo y vio en ella a la joven que hacía unas horas había deseado con tanta desesperación, aún siendo consciente que la primera vez nadie puede poseer una virgen.


De pronto, un sobresalto al ver la desnudez de Yolanda y de súbito tuvo su primera erección. El poder estaba cerca, tan cerca que no podía avanzar, mientras en su mente de nuevo las escenas de lujuria, de reverencia, de horror. La joven amarrada y los Hermanos desnudándola. Sólo el Iluminado la poseyó y luego de un brutal éxtasis, en medio de cantos y gritos se asomó la sangre. Pero sus pensamientos se esfumaron cuando la determinación le alcanzó las articulaciones y se acercó a Yolanda.


Antes que pudiese despertar la amordazó. Sujetó las manos como le habían enseñado y tapó su boca sin darle tiempo de un respiro. Dejó los ojos libres para que ella pudiera verlo, presenciar su amor, su apetito.


La ropa de Yolanda fue la primera víctima, y el ansia se le volvía fiera. Se acomodó sobre ella, pero recordó que había dejado la puerta abierta así que corrió a cerrarla.


Al volverse, la vio indefensa pero con el mismo olor a puta que tanto lo incitaba. De nuevo se sentó sobre ella. La desnudez acrecentó su excitación y en un acto de brutal violencia la penetró sin misericordia.


Luego sacó el arma, la que había encontrado en la cocina y pensó en todo el poder que esa situación le causaba; por fin dejaría de ser el espectador, ahora sería el dios, el omnipotente. Él era su dueño y como tal tenía el derecho... no, la obligación de inventarse la diosa de sus anhelos.


El primer corte lo hizo bajo el seno izquierdo. Al ver la sangre, su excitación se transformó en un gemido casi silencioso. Apretó el pezón con sus labios y centró la atención en el otro, que era más grande. Siempre pensó que los senos de Yolanda eran muy pequeños, pero ahora eran enormes. Y el segundo corte fue un hecho, sólo que ahora lo hizo alrededor del pezón, lo cortó con tal maestría que parecía carnicero. Con su mano izquierda lo tomó y pudo mirarlo en todo su esplendor, casi negro, casi morado, casi erecto.


Los sollozos de Yolanda no lo detuvieron y cortó desde el cuello hasta al ombligo. Gozó con el horror reflejado en los ojos de la muchacha. Por fin experimentaba en carne propia lo que era el dominio.


Susurró una oración extraña, aprendida en sus primeros días como alumno fidelísimo del Demonio. Se llenó de soberbia y juró sobrepasar lo límites de su aventura. Pero se cansó de estar pendiente ante las sacudidas violentas de Yolanda y en un impulso repentino le penetró el costado izquierdo con el cuchillo. Yolanda convulsionó de nuevo pero en pocos segundos quedó completamente inmóvil. Ahora podía actuar con libertad, sin temor a ser escuchado.


Después de mirarla toda, bajó a su sexo que estaba húmedo, frío. El siguiente corte fue interno. La violó con el arma, mientras se sentía poseído. Experimentó la magnitud de una fuerza arrebatadora y el poder por fin fue suyo.


La sangre que emanaba se sentía cálida y su deseo de probarla fue más fuerte. Le sabía a gloria y empapado con los líquidos de su víctima decidió la huida. Con las manos ensangrentadas abrió silenciosamente la puerta sin percatarse que había olvidado el cuchillo como símbolo de su hazaña.


Miró el reloj de nuevo. Las 4:13 de la mañana. Todo había transcurrido tan rápido, apenas había podido saborear la magnitud de su victoria. Supo que no volvería a su vida. Esa noche se había convertido en lo que tanto anhelaba desde que había conocido la fuerza divina de un dios que no sabía hasta qué punto la avidez de poder lo sobrepasaba...


Antes del amanecer el Iluminado entró al cuarto de su hija. En él, su cuerpo mutilado y un cuchillo con las huellas del asesino.



La_Marce.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Cameron! Yo soy Kevin Spacey... jejeje, saludos y gracias por visitar mi blog

Nacho ® dijo...

Que oscuro mujer... No hablo del cuento, sino del vocabulario usado. Las expresiones, las sensaciones... son palabras y conecciones que no las dan solo la cultura, sino un fuerte sentimiento de apatía foranea.


Es del tipo de texto que disfruto de leer de vez en cuando.

Pasaré pronto.

Adrián Solís Rojas dijo...

¡CARAJO!

Pavoroso, intrigante, me atrapaste desde el principio en un vértigo de sangre, muerte y semen.

La bestia humana es mucho peor que la bestia imaginada...

Y es que me estoy leyendo Drácula.

Grande, señorita, grande.

Warren/Literófilo dijo...

¡BRAVO! ¡BRAVO! ¡BRAVIIISIMO! LO MÁS ANCHO QUE TE HE LEÍDO, ES MAS XWOMAN LO VOY A IMPRIMER, SEE QUE BUENO, BESITOS!!!

xwoman dijo...

Chiquillos, gracias por su visita y sus comentarios..

;)
La Marce

FexCR dijo...

INCREIBLE, SIMPLEMENTE GENIAL!!!!

ME ATRAPÓ Y ME DEJÓ PENSANDO, QUE PROFUNDO....
QUE BIEN ELABORADO.

TE FELICITO!!!

Anónimo dijo...

Apareció la parte más oscura y recóndita de tu mente, al parecer... Mhmhmhm...
Saluditos.

Hugo dijo...

Tremendo...y muy bueno. Tu manera de describirlo..sensacional.
Te estás viniendo para mi lado, pero más erotica.
Un beso

xwoman dijo...

Tina, ahhhh sí, sí! tengo mi lado "oscuro" jajaj. Creo que le puse mucha sangre! jajaja Gracias por la visita!
;)


Hugo, el erotismo, no puede faltar!
jajaja ;)
Saluditos

S♥raya dijo...

Vaya... mujer!!

Tu texto .. increíble texto!.. lo veo superpuesto justo en la cama donde dormía, donde los pezones decadentes se atrevieron a hurguetear ahí, justo debajo de la almohada, justo donde había muerto el alma de la pequeña buscándole un destierro a la erección; ésta vez, un viejo sobrio al que le pesaban las tetas, envidioso... quizás quería ser ella...

Te quiero mucho Marcelaaa!

xwoman dijo...

Yo también te quiero gitanita!
Cuidate en Conce!
;)

Nacho ® dijo...

oye xwoman de la mente torcida.

Subi un nuevo cuento, me encantaría tener tu opinion.

Saludos.

Anónimo dijo...

Buenas noches =)
Saludos.

Amorexia. dijo...

Asqueroso! feísta! Terrible! Fracaso! Extraordinario y genial! La maestría de el asesino solo se asemeja a la de el relato. Bravo!!
Estas linkeada!!

Anónimo dijo...

Feliz Jueves.
Saluditos.

Anónimo dijo...

Es escalofriante. Me he topado con esta pagina por casualidad, creo q se me ha acelerado el corazón. Es increible, una lectura galopante y sin freno. Aunque me queda una sensacion amarga... deberias probrar escribir algo asi con una version mas blanca.
Saludoss Lena